En su última publicación, Pensar rápido, pensar despacio, un libro de divulgación científica orientada a no especialistas, Daniel Kahneman sintetiza mucho de su trabajo como psicólogo experimental ubicándose como uno de los libros científicos más comentados y vendidosen los últimos años.
En este libro Kahneman determina que las decisiones humanas se toman por dos sistemas que coexisten en nuestro cerebro/mente y conforman los diferentes procesamientos que se dan cuando decidimos entre una opción y otra, o cuando respondemos a un cuestionamiento, o cuando simplemente ejecutamos una acción.
A pesar de que se conforma una sola mente en cada individuo, no tenemos una sola forma de decidir. Kahneman propone entender la toma de decisiones dividiéndola en dos “sistemas”. El Sistema 1un esclavo de las emociones y que actúa “rápida, intuitiva y automáticamente, con pequeños o ningún esfuerzo y sin el sentimiento de un control voluntario.” (Kahneman, D., 2013, p 35).
El Sistema 2, en sentido contrario, funciona como un agente racional que “concentra con esfuerzo la atención hacia las actividades mentales que así lo demandan, procesos cognitivos incluyendo operaciones complejas. Las operaciones del Sistema 2 están asociadas a menudo con la experiencia subjetiva de la conciencia, la elección y la concentración.” (Kahneman, D., 2013, p.35).
Bajo esta estructuración podemos encontrar una serie de actividades que determinan características propias de cada sistemay que nos permite iniciar su entendimiento con una serie de ejemplos y dinámicas, precisamente de la economía experimental. En el siguiente cuadro podemos encontrar algunas de las actividades/características de cada sistema, así como las diferencias que determinan cada uno, haciéndolos únicos y diferenciados.
Con la clasificación de las características de cada sistema podemos construir una serie de hipótesis de cómo funcionaría cada uno de ellos, y con una serie de experimentos podremos determinar qué sistema predominaría y en qué tipo de decisión pudiese tomar la mente/cerebro de nuestro sujeto de estudio, el consumidor.
A continuación se determinan éstas:
AUTOMÁTICO
(Sistema 1)
· No controlado
· Sin esfuerzo
· Asociativo
· Rápido
· Inconsciente
REFLEXIVO
(Sistema 2)
Experto/Diestro
· Controlado
· Requiere esfuerzo
· Deductivo
· Lento
· Consciente de sí mismo
· Guiado por reglas
La mayoría de nuestras decisiones cotidianas son ejecutadas por el Sistema 1, se dan de forma automática, intuitiva y emocionalmente y nos permiten desenvolvernos de forma razonable en nuestra vida práctica. Pero el Sistema 1 también puede generar todo tipo de intuiciones erróneas, por consecuencias triviales y en ocasiones catastróficas. Sólo cuando participa el Sistema 2, postergando las gratificantes sugerencias tomadas sin esfuerzo del sistema 1, y sólo tras invertir un gran esfuerzo de procesos cognitivos superiores, podemos intentar resolver los problemas difíciles o contra intuitivos.
Hacia un nuevo concepto de racionalidad
Kahneman sugiere que examinemos la naturaleza de la racionalidad a través de sus errores más que a través de sus éxitos. Estos errores o sesgos cognitivos tienen la posibilidadde aparecer de forma no advertida para nuestra mente consciente. Son además, irresistibles en los seres humanos psicológicamente sanos y se manifiestan sistemáticamente si concurren las circunstancias adecuadas.
Un ejemplo de lo que podría ser una la lista de errores cognitivos sistemáticos bastante grande es la ilusión de causalidad que se da de forma natural cada vez que inferimos erróneamente que dos eventos naturales están intencionalmente relacionados entre sí, completando, incluso, palabras cuando le hace falta una letra. Por ejemplo, si leemos la palabra COMER previo a las letras JA__ON, completaremos la palabra JAMON, teniendo la opción de escribir JABON, pero si leemos previo la palabra LAVAR seguramente nuestra palabra completada será JABON. Esto Kahneman lo determina como la máquina asociativa del Sistema 1.
Un experimento de Heider y Simmel (1944) es un buen ejemplo experimental delefecto Halo, un descubrimiento que arroja mucha luz sobre el origen del pensamiento religioso. El denominado efecto Halo ocurre cuando tendemos a atribuir características excesivamente positivas o negativas en una persona basándonos en pistas parciales, pero emocionalmente atractivas, lo cual ayuda a explicar por qué el público ama irracionalmente a las estrellas del cine o de la música, o por qué hemos convertido a Steve Jobs en una especie de santo laico.
Como último ejemplo citaré el efecto humor, esto es, cómo afecta el estado de ánimo en la participación de los diferente sistemas, haciendo que el buen humor relaje nuestro estado de alerta analítico, receloso y cauteloso del Sistema 2 y predomine en las decisiones el Sistema 1 intuitivo, creativo, crédulo y confiado en las decisiones que podamos tomar. Esto fue demostrado en un experimento donde preparando anímicamente, esto es generando buen humor en grupos de individuos, estos subieron sus aciertos en un test en 50% sobre los grupos control establecidos.
Referencia
Kahneman, D.(2012). Pensar rápido, pensar despacio. D.F., México:Rondom House Modonari, S.A. de C.V.
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